Las galletas que os propongo hoy son originarias de Nueva Zelanda y Australia y toman su nombre de las siglas del Australian and New Zeland Army Corps (el Ejército de Australia y Nueva Zelanda).
La historia de estas galletas se remonta a la Primera Guerra Mundial, cuando las esposas, madres y novias de los soldados pensaron una manera de aportar a sus seres queridos una alimentación adecuada en el frente de batalla. El problema residía en que el producto tenia que viajar en los buques largas temporadas de tiempo y sin refrigeración. De esta forma a un grupo de mujeres se les ocurrió la solución, crear una galleta que combinara avena, coco, azúcar, mantequilla y miel de calla o melaza. Estos alimentos tardaban más en estropearse y solían estar presentes en las despensas de muchos hogares, de aquí que estas galletas no lleven huevo, el jarabe de oro (la melaza o la miel) actúa como agente de unión.
Hay dos maneras de comerlas según gustos, más suaves y blandas, o más crujientes y duras, para obtener estas últimas hay que añadirle un poco más de azúcar.
La receta original no lleva pasas, pero tenia unas por casa y se las añadí para probar como quedaban y el resultado me gustó.
INGREDIENTES
• 125 g de harina de trigo
• 125 g de copos de avena
• 150 g de azúcar
• 65 g de coco desecado rallado
• 125 g de mantequilla
• 2 cucharadas de jarabe de oro o melaza
• ½ cucharadita de bicarbonato de sodio
• 1 cucharada de agua hirviendo
• Un puñadito de pasas (es opcional, la receta original no las lleva)
PREPARACIÓN
Precalentaremos el horno a unos 150º.
En primer lugar, mezclaremos en un cuenco todos los ingredientes secos, excepto el bicarbonato.
En una cacerola pequeña derretiremos la miel con la mantequilla, removiendo suavemente hasta que se disuelvan y se integren.
Después mezclaremos el bicarbonato de sodio con el agua caliente, y se lo incorporemos a la mezcla de mantequilla, una vez fuera del fuego.
Lo ponemos todo en el bol de los ingredientes secos y los mezclamos.
En una bandeja de horno iremos colocando cucharadas de la mezcla del tamaño de una nuez, dejando espacio entre ellas porque aumentaran de volumen.
Hornearemos a 150º durante unos 20 minutos aproximadamente, transcurridos los 10 primeros, yo puse el calor solo en la parte de arriba, ya que la galleta debe tomar un color dorado.
Esperar unos minutos antes de pasarlas a la rejilla porque salen muy blandas, luego cuando se enfrían se endurecen.
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