Este es quizás el bizcocho más conocido, y el primero que nos aventuramos a hacer por primera vez en el horno. Tiene muchas ventajas, porque siempre sale bien y es muy, muy fácil de realizar. Las medidas se toman utilizando el envase vacío de un yogur.
La receta original lleva 1 medida de yogur de aceite, 2 de azúcar y 3 de harina, pero yo he ido modificándola un pelín, prefiero echarle un poco menos de azúcar a la masa y espolvorearla por encima antes de hornearla, ya que se crea una capa crujiente y deliciosa por encima, es la parte que más gusta a los niños.
También le añado 1/2 cucharadita de matalahúga en polvo porque le da un sabor muy bueno.
En cuanto a la harina, antes siempre le ponía las 3 medidas de yogur, ahora miro la consistencia de la masa, ya que debe quedar cremosa, no demasiado densa o el bizcocho quedará muy compacto, y no tan suave y esponjoso como querríamos. Por ello, como he hecho servir huevos medianos, con 2 medidas y ½ de yogur he tenido suficiente.
Si tenéis niños pequeños les encantaran tanto la versión normal como la de gotitas de chocolate.
He utilizado dos moldes de 17 cm., porque a uno le he puesto gotitas de chocolate y al otro no. Las medidas sirven igual para uno de 25 cm.
INGREDIENTES
• 3 huevos
• 1 limón (sólo la parte amarilla de la cáscara)
• 1 yogur natural
• 1 medida de yogur de aceite de oliva
• 1 ½ medidas de yogur de azúcar
• 2 ½ medidas de yogur de harina
• ½ cucharadita de matalahúga en polvo (opcional)
• 1 sobre de polvo para hornear
• Azúcar para espolvorear antes de hornear
• Azúcar glas para espolvorear después de hornear
• 30g de gotitas de chocolate
ELABORACIÓN
En primer lugar prepararemos los moldes. Con la ayuda de un trocito de papel de cocina, extenderemos un poco de mantequilla por todo el molde, y luego podemos forrarlo con un círculo de papel de hornear o espolvorear un poco de harina, para que el bizcocho no se nos pegue.
Encenderemos el horno a 180º, para que vaya calentándose, ya que la preparación es rápida.
A continuación, prepararemos el resto de los ingredientes, y comenzaremos cascando los huevos en un cuenco a parte uno por uno para evitar que nos caigan cáscaras o que al salirnos uno en mal estado nos estropee los otros.
Los iremos disponiendo en el bol donde realizaremos la masa.
Una vez tengamos los huevos añadiremos el azúcar y batiremos con las varillas manuales, seguidamente, incorporaremos la ralladura del limón (evitando la parte blanca porque amarga), y el aceite. Volvemos a mezclar.
Ahora toca el turno de la harina tamizada (utilizamos un colador si no tenemos tamizador y de este modo nos quedará más esponjoso) con la levadura, y la ½ cucharadita de matalahúga en polvo (hoy en día la encontramos en casi todos los supermercados). Repetimos de nuevo la operación y volvemos a mezclar, pero ahora los movimientos deben de ser más delicados.
Si lo hacéis en dos moldes, vertéis la masa hasta la mitad de uno de ellos, y añadimos a la mitad que nos queda en el bol el chocolate. Para que no se nos vaya al fondo las gotitas de chocolate pasarlas por un poco de harina, y quitarles el exceso poniéndolas en un colador.
Una vez hecho esto mezclamos y vertemos esta masa en el segundo molde, aproximadamente hasta la mitad de este.
Introduciremos los moldes en el horno durante unos 35 minutos, cuando lleve unos 30 podemos introducir en el centro un palillo para comprobar como va la cocción. Cuando el palillo salga limpio esta hecho.
Finalmente, sacamos el bizcocho del horno, y esperaremos unos 10 minutos antes de desmoldarlo y colocarlo sobre una rejilla (esto es importante, ya que si lo dejas sobre una superficie plana creará humedad por el vapor que todavía desprende). Una vez se haya enfriado, lo espolvorearemos con azúcar glas. Esto es una incorporación nueva de estos tiempos en que se cuida más la presentación, cuando yo era niña no se ponía, y estaba igual de rico o más, ya que estábamos toda la tarde jugando en la calle y teníamos un hambre voraz.