Los kipferl son unas elegantes galletas con forma de media luna; dulces, deliciosas y muy delicadas. Tienen una textura quebradiza que se deshace en la boca mimando todos nuestros sentidos.
Son una joya de la repostería navideña en Alemania y Austria, pero se pueden encontrar todo el año en las cafeterías vienesas.
Estas pequeñas tentaciones como ocurre con casi toda la repostería, presentan pequeñas variaciones, pueden estar elaboradas con yema de huevo, o no, pueden llevar frutos secos, o no. Supongo que en cada hogar van adaptándola a sus propios gustos.
En mi caso llevo años realizándola, y haciendo diferentes pruebas y por ahora creo que con esta receta he encontrado la definitiva. Están increíbles, no queda ni una.
INGREDIENTES
- 350 g de harina
- 250 g de mantequilla
- 50 g de almendra en polvo
- 100 g de azúcar
- 30 g de nueces en polvo
- 1 vaina de vainilla
- 2 yemas de huevo
- Una pizca de sal
Para rebozar
• Azúcar vainillada
• Azúcar en polvo
ELABORACIÓN
En primer lugar, tamizaremos en un cuenco grande la harina y le incorporaremos la sal.
En otro bol mezclaremos el azúcar con la pulpa de la vaina de vainilla, hasta que estén bien integradas, de este modo la vainilla quedará bien repartida en la masa.
A continuación, verteremos los restantes ingredientes, primero la mantequilla a temperatura ambiente (de otoño, es decir que se pueda trabajar pero que aún conserve el frío), las 2 yemas, los frutos secos, y el azúcar.
Trabajaremos la masa integrando los ingredientes, primero en el cuenco, y después volcaremos la mezcla en una superficie lisa, seguiremos incorporando pero sin amasar, no hay que trabajarla demasiado.
Una vez tengamos una masa compacta y homogénea, la dividiremos en dos. Volveremos a dividir cada parte, para que no nos quede excesivamente larga.
Les damos forma de rulo con un diámetro aproximado de unos 3 cm, y los envolvemos en papel film (o papel de hornear si como a mi no te queda del otro) para dejarlos reposar en la nevera mínimo una hora.
Transcurrido el tiempo, vamos sacando los rulos uno a uno según lo vayamos trabajando, de esta forma los demás no se ablandan demasiado.
Cortaremos rodajas de unos 3 cm de grosor. Formaremos con cada rodaja primero una bola, luego la haremos rodar hasta formar un churrito con los extremos un poco mas estrechos que el centro. Por último, le daremos forma de media luna.
Las iremos depositando en una bandeja recubierta de papel de hornear, y cocinaremos en horno precalentado a 180º durante unos 9-10 minutos. Que hay que tener en cuenta: deben quedar blancos con las puntitas ligeramente doradas (pero muy tenue, casi imperceptible), segunda cosa a tener en cuenta, son extremadamente frágiles una vez salen del horno, extraer la bandeja y dejar reposar en ella, un minuto, minuto y medio, antes de sacarlas.
Todavía calientes hay que pasarlas por la mezcla de azúcar glas y azúcar vainillada. Finalmente, las dejamos enfriar sobre una rejilla.
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